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20 de diciembre 2011, Saphala Ekadasi

Maharaja Yudhisthira dijo, “Oh, Sri Krishna, cual es el nombre del ayuno-Ekadasi que ocurre durante la quincena oscura del mes de Paksha (Diciembre-Enero). ¿Cómo se observa y que Deidad es adorada en ese día? Por favor nárrame completamente, Oh, Janardana”.
  
La Suprema Personalidad de Dios le respondió, “Oh, el mejor de los reyes, debido que deseas oír, te describiré completamente las glorias de Paksha-krishna Ekadasi.
            Yo no me complazco tanto por el sacrificio y la caridad como lo hago por la observancia que realizan Mis devotos cuando realizan un ayuno completo en Ekadasi.  Uno debe ayunar en Ekadasi, el día del Señor Hari, poniendo lo mejor de sí.
  
Oh Yudhisthira, te suplico que atiendas con la inteligencia fija en las glorias del Paksha-krishna Ekadasi que recae en Dvadasi. Como ya te explique anteriormente, no se debe hacer diferencia entre los muchos Ekadashis. Oh, rey, ahora te describiré el proceso de observar este ayuno Paksha-krishna Ekadasi para beneficiar a toda la humanidad.
Paksha-krishna Ekadasi es también conocido como Saphala Ekadasi. En este día sagrado, uno debe adorar al Señor Narayana, pues El es la Deidad regente. Se debe seguir el método previamente descrito de ayuno. “Así como entre las serpientes, Sesa-naga es la mejor, entre los pájaros, Garuda es el mejor, entre los sacrificios, el Asvamedha-yajña es el mejor, entre los ríos, la Madre Ganges es el mejor, entre los dioses, el Señor Visnu es el mejor y entre los seres de dos piernas los brahmanas son los mejores, así entre todos los días de ayuno, Ekadasi es el mejor”. Oh principal de los reyes nacidos en la dinastía Bharata, quienquiera que observe estrictamente ayuno-Ekadasi se torna muy querido para Mí y ciertamente es adorable por Mí en todas las formas posibles. Ahora escucha mientras te describo el proceso de observar Saphala Ekadasi.
                        
En Saphala Ekadasi, Mi devoto debe adorarme ofreciéndome frutas frescas de acuerdo al tiempo, el lugar y la circunstancia y meditar en Mí como la todo auspiciosa Personalidad Suprema. Debe ofrecerme fruta jambira, granada, betel, coco, guaba, nueces, clavos de especias, mangos y diferentes clases de especias aromáticas. También ha de ofrecerme incienso y brillantes lamparillas de ghee, pues tal ofrenda de lamparillas en Saphala Ekadasi es especialmente gloriosa. El devoto debe tratar de permanecer despierto toda la noche.
                      
Ahora por favor oye con toda tu atención, mientras te hablo del considerable mérito que se obtiene al ayunar y permanecer despierto durante toda la noche. Oh, el mejor de los reyes, no hay sacrificio o peregrinaje que sustente un mérito igual que es  obtenido por ayunar en Saphala Ekadasi.  Dicho ayuno, es especial si uno puede quedarse despierto y alerta toda la noche. Este ekadashi concede el mismo mérito  que la ejecución de austeridades por cinco mil años, en el devoto fiel. Oh león entre los reyes, por favor oye la gloriosa historia de este Ekadasi.
                       
Había una vez una ciudad llamada Campavati, que estaba gobernada por el santo Rey Mahismata. El tenía cuatro hijos, el mayor de los cuales de nombre Lumpaka,  siempre estaba ocupado en actividades muy pecaminosas, sexo ilícito con las esposas de otros, apuestas y asociación continua con prostitutas famosas. Debido a esto, sus malos actos redujeron gradualmente la riqueza de su padre, el Rey Mahismata. Este hijo del rey, Lumpaka también criticaba mucho y era ofensor a los semidioses y brahmanas y todos los días blasfemaba a los Vaisnavas. Al final, el Rey Mahismata, observando la condición de su hijo, lo exilió al bosque. Por temor al rey, ni siquiera los parientes compasivos salieron en defensa de Lumpaka, tan enojado estaba el rey y tan pecador era su hijo Lumpaka.
                       
Desconcertado en su exilio, Lumpaka se decía a sí mismo, “Mi padre me ha desterrado y ni siquiera mis familiares elevaron una objeción. Ahora qué haré. Luego maquinó pecaminosamente pensando, “Regresaré a hurtadillas a la ciudad, envuelto en la oscuridad y saquearé su riqueza. Durante el día me quedaré en el bosque y a la noche iré a la ciudad”. Pensando así, Lumpaka entró al bosque oscuro. Todos los días mataba muchos animales y a la noche robaba cosas valiosas de la ciudad. Los moradores lo apresaron varias veces, pero por temor al rey lo liberaban, pensando que los pecados de sus nacimientos previos le  habían hecho perder las facilidades reales y obrar tan pecaminosamente.
Pese a comer carne, Lumpaka también solía comer frutas a diario. Moraba debajo de un viejo árbol baniano que resultaba ser muy querido para el Señor Vasudeva. Ciertamente, había muchos que adoraban como al dios a todos los árboles banianos en el bosque. En su debido momento, mientras Lumpaka cometía tantísimas actividades pecaminosas y condenables, llegó Saphala Ekadasi. La noche previa al Ekadasi, Lumpaka pasó toda la noche sin dormir debido al frío riguroso. El frío no solo le arrebató toda la paz sino que amenazó con matarlo. Cuando amaneció, sus dientes castañeteaban y se hallaba casi en estado comatoso y durante toda la mañana de ese día del Ekadasi, no pudo despertar de su estupor.
                       
Al llegar el mediodía de Ekadasi, el pecaminoso Lumpaka finalmente se las arregló para levantarse de su lugar debajo del árbol baniano, pero a cada paso que daba caía a tierra. Caminaba como un inválido, con lentitud y vacilación, padeciendo inmensamente de hambre y sed en el medio de la selva. Tan débil estaba que ni siquiera pudo matar un solo animal ese día, en vez de esto, se vio obligado a recolectar frutas caídas de los árboles que estaban en el suelo. Para cuando volvió al árbol baniano, el sol se había puesto.
                        
Colocando las frutas en tierra, cerca suyo, Lumpaka comenzó a lamentarse, “Oh, desgraciado de mí, Qué voy a hacer. Querido padre, en qué me he convertido. Oh, Sri Hari, por favor sea misericordioso conmigo y acepte estos frutos”. Nuevamente se vio forzado a quedarse despierto toda la noche, mientras tanto la Suprema Personalidad de Dios, Madhusudana, se había complacido con la ofrenda de frutas silvestres de Lumpaka y las aceptó. Lumpaka había observado involuntariamente un ayuno completo de Ekadasi y por el mérito cosechado ese día, recuperó su reino sin más obstáculos.
Escucha, Oh Yudhisthira lo que le sucedió al Rey Mahismata cuando una pizca de mérito germinó en su corazón.
                      
En el hermoso amanecer que sucedió al día siguiente de Ekadasi, sucedió que un hermoso caballo se acercó a Lumpaka parándose cerca. A la vez, súbitamente  se escuchó una voz que desde el cielo decía: “Este caballo es para ti, Lumpaka, móntalo y ve a saludar a tu familia!  Oh hijo del Rey Mahismata, por la misericordia del Señor Vasudeva y la fuerza del mérito que adquiriste al observar Saphala Ekadasi, te será devuelto tu reino sin mayores obstáculos. Tal es el beneficio que has ganado en este día auspicioso. Ahora, ve con tu padre y disfruta del lugar que te corresponde en la dinastía’.
                       
Al oír estas palabras celestiales, Lumpaka montó en el caballo y cabalgó hacia la ciudad de Campavati. Por el mérito adquirido al ayunar en Saphala Ekadasi, se había convertido en un apuesto príncipe una vez más y pudo absorber su mente en los pies de loto de la Suprema Personalidad de Dios, Hari. En otras palabras, se había convertido en Mi devoto puro.
                         
Lumpaka le ofreció a su padre, el Rey Mahismata, sus humildes reverencias, aceptando nuevamente sus responsabilidades principescas. Al ver a su hijo adornado con ornamentos Vaisnavas y tilaka, el Rey Mahismata le entregó el reino y Lumpaka gobernó sin oposición por muchos, muchos años. Cada  vez que llegaba Ekadasi, él adoraba al Señor Supremo con gran devoción y por la misericordia de Sri Krishna, obtuvo una hermosa esposa y un buen hijo. En su vejez, Lumpaka traspasó el reino a su hijo, tal como su propio padre, el Rey Mahismata, había hecho con él  y luego se fue al bosque a servir al Señor Supremo con la mente y los sentidos controlados. Purificado de todo deseo material, dejó su cuerpo y volvió al hogar, de vuelta con Dios, obteniendo un lugar cerca de los pies de loto del Señor Sri Krishna.
                       
Oh Yudhisthira, quien se aproxime a Mí como Lampaka, se verá libre del lamento y la ansiedad. Ciertamente, todo aquel que observe con propiedad este glorioso Saphala Ekadasi, incluso sin saberlo, como lo hizo Lumpaka, será famoso en este mundo. El se liberará completamente en el momento de la muerte y regresará a Vaikuntha. De ello no hay duda alguna. Más aún, aquel que simplemente oiga las glorias del Saphala Ekadasi, obtiene el mismo mérito que se acredita a quien celebra un Rajasuya-yajña y como mínimo va al cielo en su siguiente nacimiento”.