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2 de abril 2012, Kamada Ekadasi


Sri Suta Gosvami dijo “Oh sabios, permitan que ofrezca mis humildes y respetuosas reverencias al Señor Supremo Hari, Bhagavan Sri Krsna, el hijo de Devaki y Vasudeva, por cuya misericordia puedo describir el día de ayuno que remueve toda clase de pecados. Fue al devoto Yudhisthira a quien el Señor Krsna glorificó los veinticuatro Ekadasis primarios que destruyen el pecado y ahora yo les narraré uno de estos relatos. Grandes sabios eruditos han seleccionado estas veinticuatro narraciones de los dieciocho Puranas, pues ellos son ciertamente sublimes.

Maharaja Yudhisthira dijo, ‘Oh Señor Krsna, Oh Vasudeva, por favor acepta mis humildes reverencias. Por favor descríbeme el Ekadasi que ocurre durante la parte clara del mes de Caitra (Marzo-Abril). Cuál es su nombre, y cuáles son sus glorias?’.
El Señor Sri Krsna replicó, “Oh Yudhisthira, por favor escúchame atentamente mientras relato la antigua historia de este sagrado Ekadasi, una historia que Vasistha Muni relatara una vez al Rey Dilipa, el bisabuelo del Señor Ramacandra.
El Rey Dilipa pidió al gran sabio Vasistha, “Oh brahmana sabio, deseo oír sobre el Ekadasi que aparece durante la parte clara del mes de Caitra. Por favor, descríbemelo”.
Vasistha Muni replicó, “Oh rey, tu inquisitoria es gloriosa. Con agrado te diré lo que deseas saber. El Ekadasi que ocurre durante la quincena clara de Caitra se llama Kãmada Ekãdasi. Consume todos los pecados, como un fuego forestal consume la leña seca. Es muy purificante y dispensa el mérito más elevado sobre quien lo observe fielmente. Oh rey, oye ahora una antigua historia, que es tan meritoria que remueve todos los pecados individuales simplemente por ser oída.
Una vez, hace mucho tiempo, había una ciudad-estado llamada Ratnapura, que estaba decorada con oro y joyas y en la cual serpientes de dientes afilados disfrutaban de la intoxicación. El Rey Pundarika era el regente de este muy hermoso reino, el cual agrupaba a muchos Gandharvas y Apsaras entre sus ciudadanos.
Entre los Gandharvas estaban Lalita y su esposa Lalita, quien era una danzarina amorosa especial. Ambos se sentían muy atraídos el uno por el otro y su hogar estaba lleno de gran riqueza y fina comida. Lalita amaba a su esposo y el asimismo siempre pensaba en ella en su corazón.
Una vez, en la corte del Rey Pundarika, había muchos Gandharvas bailando y Lalita estaba cantando solo, sin su esposa. El no podía dejar de pensar en ella mientras cantaba y debido a su distracción perdió la métrica y melodía de la canción. Ciertamente, Lalita cantó el final de su canción de un modo inapropiado y una de las serpientes envidiosas que había asistido a la corte del rey se quejó a este de que Lalita estaba absorto en pensar en su esposa en vez de hacerlo en su soberano. El rey se puso furioso al oír esto y sus ojos se pusieron rojos de ira. Súbitamente gritó, ‘Oh necio bribón, dado que estuviste pensando lujuriosamente en una mujer en vez de pensar con reverencia en tu rey mientras realizabas los deberes de la corte, yo te maldigo para que te conviertas en un caníbal!’.
Oh rey, Lalita de inmediato se convirtió en un caníbal feroz, un gran demonio comedor de hombres, cuyo aspecto aterrorizaba a todos. Sus brazos medían ocho millas de largo, su boca era tan enorme como una cueva, sus ojos tan imponentes como el sol y la luna, sus fosas nasales parecían enormes fosas en la tierra, su cuello era una verdadera montaña, sus caderas medían cuatro millas de ancho y su cuerpo gigantesco se alzaba por una altura total de sesenta y cuatro millas. Así pues, el pobre Lalita, el encantador trovador Gandharva, tuvo que sufrir la reacción de su ofensa contra el rey Pundarika.
Al ver a su esposo sufriendo como un horrible caníbal, Lalita se llenó de dolor. Ella pensó, ‘Ahora que mi querido esposo está padeciendo los efectos de la maldición del rey, cuál será mi destino? Qué haré? A dónde iré?’. De esta forma Lalita se lamentaba noche y día. En lugar de disfrutar de la vida como una esposa Gandharva, ella debió vagar por todas partes en la espesura del bosque junto a su monstruoso esposo que había caído completamente bajo el hechizo del conjuro del rey y se ocupaba en terribles actividades pecaminosas. El deambuló audazmente a través de regiones prohibidas, el una vez hermoso semidiós Gandharva, ahora reducido al comportamiento fantasmal de un antropófago. Profundamente afectada al ver a su esposo sufriendo tanto en su condición, Lalita lloraba mientras realizaba su loco recorrido.
Sin embargo, por buena fortuna, un día Lalita llegó hasta el sabio Srngi, quien se hallaba sentado en el pico de la famosa Colina Vindhyacala. Se le acercó ofreciendo de inmediato sus respetuosas reverencias al asceta, quien al verla inclinada delante de él dijo, ‘Oh hermosa, ¿ quién eres? ¿ De quién eres hija y porqué has venido aquí? Por favor, dime toda la verdad.’
Lalita replicó, ‘Oh gran sabio, soy la hija del gran Gandharva Viradhanva, y mi nombre es Lalita. Vago por los bosques y llanuras con mi querido esposo, a quien el Rey Pundarika ha maldecido para que se convirtiera en un demonio antropófago. Oh brahmana, estoy sumamente afligida de ver su forma feroz y sus terribles actividades pecaminosas. En nombre de mi esposo, ¿ qué actos piadosos puedo realizar para liberarlo de esa forma demoníaca, oh, el mejor de los brahmanas?’
El sabio replicó, “Oh doncella celestial, hay un Ekadasi llamado Kamada, que ocurre en la quincena clara del mes de Caitra. Pronto llega. Quienquiera ayune en ese día, tiene todos sus deseos cumplidos. Si tú observas ese ayuno Ekadasi de acuerdo a sus reglas y regulaciones y concedes el mérito así obtenido a tu esposo, el será librado de la maldición de inmediato”. Lalita se llenó de alegría al oír estas palabras del sabio.
Lalita observó fielmente el ayuno de Kamada Ekadasi de acuerdo a las instrucciones del sabio Srngi y en Dvadasi ella apareció delante de él y de la Deidad del Señor Vasudeva y dijo, “He observado fielmente el ayuno de Kamada Ekadasi. Por el mérito acreditado mediante mi observancia de este ayuno, permite que mi esposo sea librado de la maldición que lo ha convertido en un terrible caníbal. Que el mérito que he ganado lo libere en tal sentido de la miseria”.
En cuanto Lalita terminó de hablar, su esposo, que estaba parado cerca de ella, fue de inmediato liberado de la maldición del rey. El de inmediato recuperó su forma original como el Gandharva Lalita, un apuesto trovador celestial, adornado con muchos ornamentos hermoso. Entonces, con su esposa Lalita pudo disfrutar de una mayor opulencia que antes. Todo esto fue logrado por el poder y la gloria de Kamada Ekadasi. Finalmente, la pareja de Gandjarvas abordó un aeroplano celestial y ascendió al cielo.
El Señor Sri Krsna continuó, “Oh Yudhisthira, el mejor de los reyes, quienquiera oiga esta hermosa narración ciertamente habrá de observar el sagrado Kamala Ekadasi con lo mejor de su capacidad, tal es el gran mérito que dispensa sobre el devoto fiel. Por eso te he descrito sus glorias, para beneficio de toda la humanidad. No hay un Ekadasi mejor que Kamada Ekadasi. Puede erradicar incluso el pecado de matar a un brahmana, y también anula las maldiciones demoníacas y limpia la conciencia. En los tres mundo, entre los seres móviles e inmóviles, no existe un día mejor”.

Así termina la narración de las glorias de Caitra-sukla Ekadasi o Kamada Ekadasi, del Varaha Purana.